Va conmigo codo a codo
y lo que me queda de él
quiero conservarlo todo.
Su Sí, sus armas, su modo.
sus ganas, su sueño y su ser.
Y le juro no matarlo
y prometo serle fiel.
Perdido he de buscarlo
y en mi viaje he de llevarlo,
por no alejarme de él.
No quiero dejarle morir
ni siquiera adormecerse,
que si se llega a dormir
puedo empezarme a aburrir;
puedo allanarme al perderle.
Entonces la regla del juego
es dejarlo salir y volver.
Llevarlo cuando me muevo
y compartirle aquello nuevo
que llegara yo a aprender.
Darle estímulo, alimento,
a su risa rienda suelta,
a su instinto, mis intentos,
a sus ganas, elementos,
a sus idas, idayvuelta.
De esto seré responsable,
de cuidar siempre a mi niño.
Con él, atento y amable,
generoso irrazonable
y de canas, bien lampiño.
Es autor de mi carpeta,
es soñador de mi sueño,
escritor acá en mis letras,
el que viaja en la carreta
que me hace al mundo pequeño;
porque es de mi creo el genio,
guardián y espantamacabra.
De mi quintaesencia dueño,
capricho en mi flaco empeño
inventor de mis palabras...
No hay comentarios:
Publicar un comentario