Si tenés un amor
cuidalo, acunalo.
Tenelo dentro de casa alejalo del frío,
del exceso de sol, las sequías y las tormentas.
Y cuidado...
Si tenés un proyecto
alimentalo, conservalo.
No te olvides del objetivo,
marcá las metas, planificá los medios.
Y cuidado...
Si tenés una idea
pensá, pensá, pensá.
Hacela madurar poniéndola a prueba,
evaluá los riesgos, hacé hipótesis y volvé a pensar.
Y cuidado...
Si tenés un deseo
sentí su energía empujándote.
Reíte con cada fibra de tu cuerpo
mientras soñás con el deseo cumplido.
Y cuidado...
Si tenés ganas de cambiar
evaluá el antes y el después.
Compará los pro y los contra,
administrá tus ganas por lograr un cambio óptimo.
Y cuidado...
Si tenés un destino por conocer
estudiá el mapa y los caminos.
No olvides la ida, la vuelta y el tiempo,
que siempre hay un costo y un día para estar de vuelta.
Y cuidado...
Si tenés un camino que empezar
investigá, averiguá las distancias.
Prevé y prevenite de alturas, el agua y la niebla,
tomate el tiempo necesario para empezar.
Y cuidado...
Si tenés un amor, idea o proyecto
querés caminos, destinos, deseos...
Cuidate de aislarlos, de conservarlos,
de sobreprotegerlos, sobreestudiarlos;
cuidado con repetir, repasar y repensar.
De quedarte, de cuidarte y no vivir.
Cuidate de tanta escuela del alma.
Cuidate de conservar.
Y andá...
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