miércoles, 5 de diciembre de 2012

El fútbol

Rueda caprichosa la vida en el verde césped.
Hay recuerdos de tardes secas,
en noches con humedad.

Hay batallas entre colosos
e historias que nunca vimos;
son memorias y juramentos
(contando nunca perdimos).

En las líneas que bien aprendimos
están la hora de la Verdad,
el Destino, el Deber,
el Valor, la Dignidad,
Lo que fue y lo que será,
dos números y una historia:
ganando el tiempo en edad,
el futuro va a ser memoria.



Hay estúpidos, inadaptados
de juego subdesarrollado;
asesinos, constructores,
adalides, directores,
hay callados, hay locuaces,
sabios, locos, perspicaces.
Hay color, identidad,
vestiduras y disfraces.

Hay engaño y hay pasión,
la muerte, la suerte, la envidia;
la nobleza, el perdón,
la vida después de la vida.
Hay olvido y trascendencia,
hay venganza y descontrol,
la estampida en la revancha,
el llanto, el grito de gol.


Todos quieren estar con ella
y le dan con vida y alma,
dando el cuerpo con lealtad
-o sin-
y sin dar la espalda.
En el pecho está el motor
y el aliento allá en las bardas:
la cancha es el Coliseo,
el pecho y las piernas, las armas.

La cabeza es el arco de enfrente,
el pulso es lucha en la tierra.

El Fútbol es el Amor.
El Fútbol también es la Guerra.