Aprendimos a gatear
antes que a andar juntos.
Y andando juntos vimos
lo lindo que era andar.
Y hasta hacernos solo uno
de dos caminos distintos
quizá no supimos que había
de ellos blancos y tintos.
de ellos blancos y tintos.
Y al paso de nuestra ruta
de madurar nosotros, frutas,
de sacarnos jugo y sangre
y escuchar en nuestra carne
los ecos de nuestras furias
prosas, pasados y amor,
encendimos el calor
que en un globo de esos ardientes
va a llevarnos al continente
en que hubimos de nacer.
A poblar o perecer,
a vivir y dar ayuda.
Pasarla joya, peluda
difícil, pesada, incierta.
Pero ayudarnos a abrir puertas
será nuestra esencia cruda.
A improvisar la vida injerta,
nuestra historia y medio de vida
que aunque hoy, desconocida,
canta adentro como escuerzo
sin medida como este verso,
sin miedo como sin rima.
Y quizá a veces sin tiempo
también llegue como el destino
a movernos intestino
y a sacar lo que haga falta
para caminar liviano acima.
Y te digo, vamos juntos
lesgóu, lo vamo, vashemo.
esperando, sabés, me quemo
y quiero despegar con el viento;
así prometo, y no miento,
que llegaremos a destino.
Hoy por eso copa empino
y a brindar por el futuro
porque nunca es alto el muro
cuando el salto es con fé;
porque sé que el que no ve
es que no mira con confianza
y, ambosdós, una esperanza,
podemos volar a pié.
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