viernes, 27 de mayo de 2011

Heptatónica Intermission.


Las busco, pero no sé do;
les hablo y no obtengo Re:,
tú dices que las busque en mí,
que si miro, las hallo en fa;
que no veo a sombra ni sol,
y ya perdido le pregunto a la
que no dice que no ni tampoco sí...



sábado, 7 de mayo de 2011

Intriga

En Genoy la planta me habló de la risa.

En Méxicola señorita de la risa me regaló una piedra que llegó de… ¿España?

Yo digo que algo me llegó volando cuando entraba a Teotihuacanpero eso aun no sé ni en qué parte va…

Yayis me dio en el sueño un mensaje que no recuerdo.

Ahora hay dos sonrisas nuevas que no sé qué más traerán. Una es danzante y es sol.

Quizás algún día todos juntos bailemos con los girasoles…

jueves, 28 de abril de 2011

Partepalabras y mundo a parte


¡Para! 
Para en con 
trar un pe
dazo 
en a parte,
busca un pa
lazo
que a
parte.

Observa en la
psus
pensión
libre
mente,
y halla
te y di
ferente 
y dí
ce
-te-
lo 
de
frente. 

Y que no te de
tenga
el en
re do
con tan
to ta lento 
en tan ton 
to arte
de busc,
pregunt,
y de cuéstion;

pero a 
un
menos te la
cere el tour
no 
de odi
de veng
y de présion
(tan
bien,
¡tan
buen!
arte)


Casi llega Casi
miro.
Los que no 
es 
tan en
cendidos -los a 
lumnos
de é
poca
luz- habrán 
el son
del son
ido.

Y cree su
yo 
el mar
el Mar 
qués.
Y dos y un
es cero
-pues cero 
del cero 
es 
trés-.

Y up
es pa
-ra
trás:
es pa
al re
¿ves?

Y los de
lantes
tienen antes
y es 
o es 
es to,
tal 
co 
mo
ves.

sábado, 26 de marzo de 2011

Chacarera de las gracias

Gracias al Universo, gracias a la existencia.
Gracias por los espíritus,
gracias también por las ciencias.
Gracias por tantas luchas,
esperas y resistencias.

Gracias por los humanos, las plantas, los animales.
Gracias por las vaquitas,
las frutas, los cereales.
Gracias por tantas lluvias
y el sol, que se esconde y sale.

Gracias por los caminos que nos llevan a otros pueblos.
Gracias por las rayuelas
dibujadas en el suelo.
Gracias por las historias
contadas por los abuelos.

Gracias por la música, las letras y los poetas.
Gracias por haber las musas,
sus encantos y sus tretas.
Gracias por los dolores
con tan bonitas caretas.

Gracias por los balcones, las puertas y las ventanas.
Gracias por esta casita
en otra ciudad lejana.
Gracias por tantos sábados
y domingos de mañana.

Gracias por la experiencia, sus lecciones y sus nanas.
Gracias por la enseñanza
que en todo corazón mana.
Gracias por mis dos viejos…

por Mara…

y por Mariana…

sábado, 19 de marzo de 2011

Pequeña colección de fotografías multisensoriales


Warning!: Esto es sólo un mal plagio del sello LERP, apreciable en todo su esplendor en www.letrasminimas.blogspot.com

- - -

Una cantidad de imágenes se aparece en los espacios entre los dedos derramándose bajo las tapas de las cajas del tiempo frente a un par de ojos que llenos hasta el borde de angustia cuentan los amaneceres que alumbraron la piel de unos labios inquietos con la voz vencida, repantigada en un nido de preguntas desencontradas, entre un par de manos amoldadas al mentón. 

Sin señas como ese mazo de cartas sin color, ni palo, ni palotes, ni letras, ni nombre, ni tinta. Y cada hoja impasible e inquieta como los ojos que buscan descifrarla con la mirada perdida. Sólo con su color cambiante y su olor a papel de años, testimonio del tiempo que agita un pecho desvencijado a suspiros de pasados y más pasados que no vuelven y que mienten por igual desdibujando el hoy, empañando el mañana, empeñando el hoy, desalmando la mañana. 

Gajos de vida han crecido a la suerte que encontraron en el camino, para nunca volver a ser el cándido penacho de aquellos días de quien sabe cuánto ayer con aires de liviano mañana pensado, ideado, idealizado, irrealizado, irrazonable y... 

sábado, 15 de enero de 2011

Lamento del Indio

Qué pena los españoles, allá por el mil quinientos,
haciéndonos trabalenguas,
trayendo por agua el fuego;
multiplicando en sus espejos
humo y dolor de este cielo.

Qué pena los españoles, allá por el mil quinientos,
cambiando un tanto los tantos:
conquistando, ¡que no invadiendo!,
haciendo con carne quemada
de la América el incienso.

Qué pena los españoles, allá por el mil quinientos,
en nombre de la Palabra
revelando, también mintiendo,
predicándonos su Verdad,
causando guerra entre pueblos.

Qué pena los españoles, allá por el mil quinientos,
trayendo su Pan de Vida 
y bautismos, por hombres muertos;
alzando cruces de piedra, 
sembrando la tierra de cuerpos.

Qué pena los españoles, allá por el mil quinientos,
sepultando tanta historia,
mil altares construyendo;
matando pa' recaudar
en nombre del Ministerio.

Qué pena los españoles, allá por el mil quinientos,
saqueando, abriendo las puertas
que llevan -dicen- al Cielo.
¡Y qué pena los españoles, allá por el mil quinientos!
Vinieron a hacerse la América
y de América, hicieron infierno...

miércoles, 5 de enero de 2011

Un día no como hoy

Algún día el pan no te sabrá tan rico, 
ni las cascaritas tostadas te van a tentar.

Algún día ni el niñito más revoltoso te va a sacar una sonrisa.

Algún día no tendré ganas de cantar, y sí de hacer aquello de despegar 
y volar sobre mi cabeza...

Algún día con sal y sin sal será lo mismo, y con sábanas qué bien 
y sin sábanas qué igual.

Algún día. Que tropiece. Arrastrará unos futuros posibles. 
Que nunca van a existir.

Algún día los silencios y perdones en deuda volverán a poner a prueba tu lucidez y te amarrarán con las preguntas incontables, las que tampoco tienen futuro.

Algún día no será una oportunidad, sino una obligación. 
Y una cuesta arriba.

Y le daremos voz a nuestra torpeza con algunos tropiezos de compasión, fuera de lugar y tiempo.

Y llenaremos albercas y galpones de memorias, de la sincera y de la otra. (De esa con la que vamos a mentirnos un poquito).

Y algún nombre ya no tendrá respuesta. Y sobrará una silla y faltará un saludo y dolerán las fotos y...

Algún día uno de nosotros se habrá ido. 
Y la vida que nos quede no será tan bonita, al menos por un rato.

Mejor vivir hoy. Y vivirnos hoy. Y querernos. Mucho. Hoy.


jueves, 30 de diciembre de 2010

Oaxaca.


Hay un momento exacto y preciso en la existencia del universo en que ves el sol coquetear con el horizonte de agua, respiras -ligero, apenas respiras- y dices: Yo tengo el mar. 


Sin grandeza, sin soberbia; sin pena ni dejo de nada. 
Sin gritar, Yo-tengo-el-mar.

No pienso nada, no espero nada; nada me espera, nada me amarra, nada me corre, nada me ansía; nada me nada.

Nada falla, nada funciona, nada se apaga, nada se mueve, nada se corre, nada se cae. Nadie nada nada.

Nada me culpa, nada me apaña, nada me mira; nada debo, nada deseo, nada importa.
 
Todo nada que no llega, nada que sé, y todo nada de nada que tengo.

Nada tomo, nada guardo; nada me van a dar.

Pero tengo el mar...

viernes, 24 de diciembre de 2010

La plaza y los toros.


El toro y el hombre llevan ya dos horas enfrentados sobre la arena ardiente bajo el sol. La multitud brama; aun después de tanto tiempo en el horno de fervor no se cansa de gritar, hostigar y batir palmas.

Vuelan ribetes de sudor y sangre, trazos artísticos de salvajismo, floreo de carne, heridas y tropiezos. Uno es la elegancia, la apostura, la arrogancia. El otro es la agonía, la inercia y la ceguera. La decrepitud de una marioneta de sangre y polvo que va dejando la vida. Juntos, solamente juntos e interpretando la ópera que les toca en suerte, son el primitivo imán de miles de miradas animadas y animaladas, eufóricas y bestiales.

El que empezó hecho furia y choque ya se vuelve decadencia y resignación. Ya va besando el suelo, desarmándose sobre las coyunturas de sus extremidades. El dueño del espectáculo se regodea en el dolor y la ruina ajena, atizando el fuego con una elegancia sádica. No  hay tregua, no hay perdón: sólo por hoy es otra batalla de fuerza, agilidad, capote, angustia, astas, tensión, piel, picor y transpiración.

La fiesta llega al fin. La furia de las gradas precipita la estocada final (entró varios minutos antes de lo recomandado para el espectáculo, empujada hasta el cuajo por toda la furia del mundo). Así era de grande la ansiedad por completar esta misión bárbara. La angustia de la víctima acabó. La fiesta alrededor de la arena alcanza el éxtasis, y los ánimos están aun lejísimos de empezar a decaer.

Se celebra la muerte, la soberbia, el nuevo atropello y la carnicería. La furia es la alegría. Y la historia es de compensación, devoluciones y desagravios de venganza.

Los toros, eufóricos, siguen apaludiendo en las gradas.

lunes, 13 de diciembre de 2010

O Jogo da Paz


Humildemente aqui uma mensagem, um conselho, uma idéia pra todas as nações e seres que habitam na Terra...


Hoje o mundo tá cheio de odio,   
hoje o mundo tá cheio de odio,
hoje a terra é doente de guerra.          
E precisa saber desse jogo
que a luta torna brincadeira.               

Nesta terra de muito egoísmo,    
nesta terra de muito egoísmo,    
nestes dias de "não te preciso";
neste tempo de minha-mim-eu,
que começe a luta do sorriso                             
          ¡e todo o mundo numa roda, bate palma pra isso!


Vamos fazer das lutas um jogo
e queimar a maldade no fogo
onde a malicia vai nascer
pra brigar entre risos, e assim vai ser...

Venham jogar Capoeira
fazendo um jogo de paz;
que importa se você  é menina           
menino, senhora, avô ou rapaz...

Venham jogar Capoeira
fazendo um jogo de paz;
esquecamos dos preconceitos,
mentiras, maldade e discriminação...

Venham jogar Capoeira
fazendo um jogo de paz;
negros e brancos brincando
com as mãos na terra e os pés lá no ar...

Venham jogar Capoeira
fazendo um jogo de paz;
pra liberar nossas almas
de todos os jeitos de escravidão...

¡O que o mundo precisa e jogar Capoeira, eh!


Vamos pegar a magia,
e fazer um mundo novo de harmonia,
jogo, riso e brincadeira.
Batamos as palmas das mãos
e ensinemos ão mundo o Jogo da Paz
fazendo uma roda universal de Capoeira 
em dez, nove, oito, sete, seis cinco, cuatro, três, dois, um...

Ie!

viernes, 5 de noviembre de 2010

Odiadomingo (Il parábolexperimiendo)


Y como cualquier odiadomingo, el brillosol alargrandó sus penusombras contra las abuertas y puertanas al tomontar el bicírculo.  Y se perdirigió tras los pasomansos fuidos que extrañejaran el odiadomingo pasadumbrado.

Y ahíba a andanadar la sinfinita largaguna mental de revolvepetir los dihastíos...

Al rato, la calluviosa y un cafeliente; un tangolpeado inmoraldemente exentonado y alguna leve controversación entretediosa. Algo de certristeza y los Nuevos Aires de nojalá.

A la bicírcula -paradesbaratada contra la grisalla silenciociosa- le resbalíanpito las sinonovedades del estragobierno, el recorte de los limosdineros públicos y el abracadáver del día.
Estimovían aun menos el interminterés de su pedalista, cansaburrido y silenciolitario.

Y la desasosilusión, que nosdesvastalgia. Y la soleterquedad, que acabina donde comensea. Y no mucho más que un automáta que esquina y pisa la verdereda.

Y la cantonada de los volajaritos, tan pacificoncientes de su impaguinigualable vagabundancia...


sábado, 9 de octubre de 2010

Buenas noches Don Jaime...


- Buenas noches Don Jaime, ¿cómo está?

- Buenas noches señorita, pero para los amigos soy Pato, por favor... Digo, usted es la única persona que me visita a diario; permítame que me tome la libertad de expresarle mi amistad. Y, con todo respeto, no crea nada que yo no le diga, eh, no se confunda... ¿En serio pregunta cómo estoy? Pues en lo de siempre... sin salir mucho pero viajando siempre para adentro, sabe... Fíjese, hoy estuve prguntándome esto: ¿cómo pueden existir los malentendidos si en realidad no existen las preguntas equivocadas? Porque uno puede llegar y chocar, o desacomodar, o no desacomodar pero al fin nunca acomodarse... Pero el secreto es tener siempre el bombín en la mano ¿sabe? Hola, permiso, buen día, yo soy, yo tengo, yo ofrezco, yo necesito... Bueno, no repita tanto lo del "yo" porque ya sabemos cómo es que termina eso...

Mire, hace poco entendí que uno -que, bueno, uno también es el yo- finalmente (pero desde el principio, ojo) tiene que hacer el esfuerzo de entender el cariño del otro, ¿sabe? Porque luego cada uno tiene sus formas de dar y hay muchas cosas que se nos escapan de las manos... quiero decir del control que tratamos de controlar... Pero como cantó ese loco de abajo del mapa, dar es dar ¿vio? Y eso es parte de salir de uno, me entiende, es como cuando te desconectas (no es que la esté tuteando, eh, es que hablo así como en abstracto o absoluto o quién sabe qué impersonal pluscuampretérito incontable). Bueno, eso: que cuando te desconectas por un momento de la realidad y al rato vuelves, todo lo que ves a tu alrededor es como un dejavú ¡pero parece tan real...! Digo, es real, o tenemos que creer que es real o al menos es lo que se puede ver y tocar... Qué sé yo qué será más real... La vida parece ser real, pero... ¿Alguna vez vio usted la vida? ¿¿¿No la vio??? Bueno, cuando la vea me la muestra, sea buenita. Ahora, lo que existe en mi cabeza es esto: si alguien viene a decirme que soy un loco de mierda, ¿qué le voy a decir, que no? Si me lo dijo así, pobre, es que en realidad quiso decirme "yo creo que usted es un loco de mierda"... y bueno, sólo me está diciendo lo que él cree ¡pues entonces no hay cómo equivocarse! Verá: creer es mágico, es irrebatiblemente mágico; y usar esas palabritas mágicas de "yo creo", ¡ja! esa es la verdad, eso es llegar a la per-fec-ción-in-con-tes-ta-ble. ¿Usted qué piensa? No, perdón, es que en realidad no me gusta la palabra "pensar", prefiero pensar. No mentira, sólo le hice un chascarrillo para ver si estaba atenta, pero como ni se perdió, más bien creo que hablo solo. Le decía: no me gusta la palabra pensar. Pues finalmente pensar es un medio, no un hecho ni un fin... En fin... ¿ya se va? ¿No? Bien... Y créame que todo esto es parte de lo mismo: el odioso juego del yo-yo, ¿entiende? Arriba... abajo... ¡Pero siempre en el mismo lugar! ¡Qué pérdida! ¡Qué perdida! Arriba yo, abajo yo. ¿No es lo más aburrido y estéril que podamos hacer en la vida? Hay otras palabras que me gustan para eso: fútil, inerme, inanicino, vacuo de la vacuidad... lástima que no sé qué significan; quizás necesite preguntar más, digo hablar escuchando y escuchar...

Oiga, ¿ha pensado ya en el caso del espejo? ¿Por qué mi cara en el espejo? ¿Por qué su cara en el espejo? ¿En serio quiere saberlo??? Claro niña, porque nacimos y vivimos con el tercer ojo. ¿Sabiduría? ¡Ja! El tercer ojo ¡es el ojo con el que nos miramos a nosotros mismos! ¡No, manzana...! Y claro, ese ojo -ese ojo tiene su propia mente, atención- ¡ese ojo necesita mostrarnos siempre cómo nos mira! Y ahí lo puede ver, si se anima, viéndola al espejo. ¡Viéndonos al espejo imposible e infinito que somos de nosotros mismos cuando no salimos ni a ver quién toca la puerta! ¿Que no? Yo sé que usted lo va a pensar señorita... si alguna vez deja de pensar en usted, je... Yo fíjese que sí puedo dejar de hacerlo, aunque a la vez no: yo tampoco puedo dejar de pensar en usted... Ja, no es cierto... Estaba haciéndome el galán por si si su corazón se hubiera descuidado y pudiera enamorarse de este viejito antes de irse. Y quizás me invitaba a salir a dar una vuelta. No me haga caso, soy un cretino. ¿Es de noche?, ¿es domingo? Claro, sí es de noche, porque cuando usted entró me dijo "buenas noches Don Jaime"... La verdad, me recordó mi nombre, porque desde que la vi por la ventanita me olvidé hasta de mí... No es cierto: sigo haciéndome el loco. Pero ya está bien por hoy...

Sepa que yo sé muy pocas cosas, eh; algunas pocas del pasado, algunas menos del presente. Pero del futuro sé que usted no me va a amar y eso para mí es suficiente para no pensar casi nada por un rato... A propósito, una de las últimas verdades -esto si es que aun no llegué a la última gran revelación apoteósica-psiconáutica-trifásica- es ésta, atención: hay y no hay que pensar tanto las cosas antes de hacerlas. Porque, de un lado, si se la piensa mucho al final no la hace. But in the other hand -si me permite ponerme el frac- si después de pensarlas mucho tiempo las hace, va a andar a la par de otro tiempo, flotando en otro tiempo sin apuro, ¡y eso es la vida! Y eso le permitirá vivir como un niño, descucbriendo, como un recién nacido o engendrado, con un tiempo infinitamente pequeño y grande de vida... Yo no sé si esto le ayude a entender todo; si le ayuda, ¡me ayuda! Porque mi problema es... ¡es que tengo tantas preguntas! Digo yo "el problema", qué modesto... Esa es la fuente, ¡esa y no otra es la fuente de todo lo que le pueda llegar en...! Pero ojo, hay que saber nadar... no hace falta tirarse al mar para hundirse, eh... Ay, la fuente de las preguntas... ¡quién tuviera algo que decir que no fuera una pregunta! Todo es preguntarse y ver. O primero ver, después tal vez preguntar y al final preguntarse... por eso le digo que estoy llegando, si no es que ya estoy tocando a la puerta de la última revelación. Mire lo que le voy a contar, que esto no se lo he dicho a nadie:

en los ojos de la disculpa usted puede ver, ¡pero infaliblemente, eh! puede usted ver la intención del alma. Así nomás, así como se lo digo: se ve. Y atenti que esto lo ve cualquier banquero o telefonista ¿eh?; cualquier paspado que se detenga en el momento infinito para mirar, esto tendría que ser lo primero que pueda ver. Me está viendo raro... ¿le parece muy difícil? Me gustaría deberle una disculpa para que usted lo compruebe. Pero se la debo: no se me permite pedir disculpas porque ya me lo he perdonado todo... Pero pruebe: cuando cruza al lado del guardia dígale cara de perro enojado o pedazo de mandioca peluda o algo así muy feo, o si se echa un eructo ruidoso el método va a ser más seguro y de hecho más científico -ah, porque luego todo hay que probarlo y comprobarlo, si usted quiere hacer un experimento lo que importa es cómo presenta el informe científico- y entonces ahí usted le pide disculpas y... Ay, perdone, es que pensé al revés y le di vuelta la historia, porque si usted pide las disculpas no se verá los ojos... Pero todo esto es un innecesario exceso de lógica práctica para nada. La teoría es ésta: ya le dije que en los ojos de la disculpa usted verá la intención de las personas. Y del alma, claro, el alma de la intención. En el fondo, no hay otra cosa que eso (¿le dije que estoy casi llegando al fondo?). El resto son momentos... Es interesante: el momento es el regalo de la eternidad del... pues del momento, eso, del momento y la secuencia. La secuencia y el momento. Por ejemplo, ahora. Ahora, ahora... Ahora. Ahora. Ahora. ¿Ve cómo cambia? Esta música es la que mejor suena, ¡es lo que han dicho de la filosofía del tiempo! Ahora, ahora, ahora. ¿Lo siente? Observa. Cierra los ojos. Ve. Parpadea. Ahora, ahora. Oye, piensa, habla. Ahora. Bien, así es fácil verlo, y ya usted lo puede ver. Luego, el problema de la existencia es en sí infinito. Pero la existencia... ¿también lo es? ¡Ja! ¡Agárrese duro porque aquí todos se caen! O se cansan y se van, que es mucho peor... El problema, infinito. La existencia ¿finita? ¿infinita? ¡Quién sabe! Y ahí se encuentra con la primera gran pregunta. ¿Teta? ¿Aire? ¿Flema? ¡Nada de eso! ¿Estamos en un momento finito de la existencia... qué? ¿Finita? ¿Infinita? ¿Ínfima? Ínfima, sí. ¿Íntima? No importa, pues es sólo hice un juego de palabras para verle sonreír, sabe... Oiga, no se voltee... Ahora, si le interesa mi opinión, claro que hoy no es íntima. Hoy vives en la vidriera (de nuevo la disculpa por conjugar en la persona única, universal y trascendente). Usted en su vidriera, ella, él, en fin, los que hubieran. Es la vida del escaparate pues. Y luego, ¿escaparte? Nada, es otro juego tonto de palabras... pero en verdad es un juego de verdad, de jugar y ganar... ¡para vivir! Ojo, en lo que llamamos intimidad también se puede renunciar un rato a las vidrieras. ¿Será sólo un momento necesario para descansar del circo y respirar la caca de los animales que están en las jaulas del fondo, en la trastienda? Quién sabe... Ojo, que también se puede renunciar y salir volando por la punta de la carpa (aunque si le queda cómodo arrastrarse entre los fardos buscando una hendijita abierta al ras del suelo... ya qué). Si el asunto es de valentía, lucidez o loquera... pues bueno, esa es otra de las sinfinitas elecciones...

¿Ya se va? Qué bien, porque mañana es lunes ¿vio? y hoy es domingo y la noche y a prepararse para la vuelta de la rosca enroscada y yo aquí como si nada como dijo una abuelita por ahí...

Disculpe si no la acompaño a la puerta, es que con tanta seguridad y todo esto... Es un poco exagerado, si me permite la apreciación. Pero ya ve que a cada uno nunca le falta la fuerza para cargar con su propia desmesura... en fin. Gracias por venir y confío yo en que usted va a volver para verme mañan- ¡no! ni me mire raro, le prometo que no volveré a coquetear más... Basta con verme; mire como me quedo yo y vea como usted se va... qué le puedo decir yo a usted que es la...- nada. ¡No! ¿cómo va a ser usted la nada! Sólo que nada, que mejor me callo y me arrecuesto para verla ir y juego a desafiarme a soñar con algo más bonito que su espalda...

Así habló Don Jaime durante el control diario y su dosis de algo que algo le haría.

La joven de turno, quién sabe... Quizás de camino entre la habitación y el depósito de las medicinas se llevó alguna cosa que pensar...

miércoles, 1 de septiembre de 2010

Su Majestad


¡... y qué me has puesto a escribir
si, no bien me disponía,
tomaste la silla mía
y ya ni pude seguir!
Te revuelvo a repetir
con vos, que es sólo conmigo,
-¡carajo y la pucha digo-
hablar sí que es discutir!
Ya te hiciste en mi lugar, 
ya me voy y te presento,
y aunque yo hice mi inten-
¡acá me cagaste la rima!,
y te largaste a decir,
con tu incursión clandestina;
mentira no cristalina,
nombrador de la vagina,
tarde lola, lolamento,
psidosis de mierdamina...

Es el mismo que te hace
equivocar, ver y tocar
y das detras lesparramar,
¿siquera nos dimos cuenta?,
el que no muchos comentan,
(de hecho, el desconocido);
explicador de los paréeeeeentesis,
dictador de suspensíiiiiivos...
la liebre, el punta esquivo,
el maldito gran señor,
el bendito emperador,
oportuno educador
de letanía constante,
sin ningún modo elegante
(nanána-nanána)ida,
hace suya mi partida
y toma, por mí, mi parte.
Embajador del infinito
cabeza del hombre-pito
a veces, consolador,
sin borde, agujero negro,
Elmáspopularcuentero 
elquehablaalmundoentero
undecidordetontadas 
unesgrimistacertero
unrecreadordelanada
unpájaro(...)agüero;
un escondite, y qué sub-lime,
un acomodador de cine
con lugar en la evidencia,
un Chasman de la impaciencia,
un ilusionista fugaz;
comentarista mordaz,
alienador de la paz.
¡Bufón, payaso y disfraz!
¿por qué siendo el mandamás
estás escribiendo conmigo
y me haces ser Ser y testigo
de esta pulseada locuaz?

El borrador, el me olvidé
el "no sé cómo me acordé";
la cinta o el devedé
quemado en tu disco duro,
el otro lado del muro
(¡endónde quetemeté!)
De este momento el qué,
del instante, el no olvido,
del acto, el acto fallido;
el espía pervertido,
el serio desimpostor,
el rey, la dama de honor,
informante que despista,
cirquero noequilibrista,
revelador y muy artero,
desorientador certero,
vaivén, jalón de bragueta,
musa y maldito poeta,
es García y ese Pineta.
Che trampa y che jugarreta
director de la opereta,
dirigente subversivo,
claustro del autocastigo,
lacerante incompasivo,
violentador de realidades,
manual de malos modales
y atitú antideportiva,
kamikaze de la vida,
inversor de las edades.

Es el misterio y la vida
-él es el noventa por ciento-;
ha de atribuirse inventos
canciones, obras maestras,
¡paleta de las palestras,
grande tierra fértil es!
pa' otrosyó que, como ves,
hablamos con diestra y siniestra.

Quien desvela dos por tres,
les diré cómo y quién es:
el cartero impredecible, 
el incordio, el irascible,
de banco mal compañero;
¡impresentable a los suegros!
¡imposible para mamá!
¡indecible para papá!
hijo sucio y desprolijo
el que realmente es, de fijo,
quien vino a cantaracá. 

El odioso revelador,
el indiscreto constante;
Bocón, diario de mentira,
mala intención vengativa,
mural y con qué color, 
amigo del no dolor
del ácido y la sativa;
banalidad compasiva,
mecanismo intermitente,
presente entre los presentes
con facturas del pasado;
nde mita´i retobado,
boca en la papa caliente,
padre del guacho demente
hostigador abusado...
Creador (¿cuándo creado?)
ley absoluta y vigente
maquillaje de los pasados,
perpetrador de atentados, 
calor de lo más caliente...

Si gusta de conocerlo,
nomás búsquelo en su mente:
llegue al fondo y pregunte por
Su Majestad, 
el Inconciente...

miércoles, 25 de agosto de 2010

Mejor si parece una rolita de amor...


Voy a dejarte
(¿o acaso mis últimas palabras
ya te hicieron soltarme la mano?)
y aunque pueda no importarte,
puedes saber que yo
no voy a buscar ninguna otra
como tú,
con esa sonrisa
y unas migajas
y la mala idea de tener mi tiempo
para salvar su apuro
y un poco de vacíos por embarullar
cada vez que nos vemos.

Digo que voy a;
y si no te anticipaste
creo que voy a,
porque digamos que por ahora
hay algo de utilidad
-o útil comodidad-
que me puedes dar en la
in
justa
medida en que creas saber medir.

Pero como bien y muy bien
conozco lo de los tiempos
después de los tiempos,
sé que éste ha de acabar
(¿atardece o ya es la noche?).
Y gracias por las sonrisas
de cartón que ni te creo
y por preguntarme,
tres veces por vez,
cómo estoy y en qué ando.
Porque siempre diré la verdad
-bien-
aunque nada me interesa que sepas
de aquellos mares de abundancia,
en los que nado bajo el sol
a universos de distancia
de lo que en tu paso estrecho
ni puedes imaginar.

Pero igual y respiro
porque tomaré lo bueno
(¿lo bueno? ¡eso ni siquiera lo es,
y vieras como te empeñas en quedártelo!)
y será disque bueno
hasta que ya no quiera
y entonces te diga,
ora sí,
que ya está bueno para mí.

Y entonces también miraremos a un lado,
(digo a dos; yo al sol, tú,
a quién sabe qué cuentas,
regresivas de time
y voraces de money)
y ya no habrá cuentas compartidas
cuando sólo nos vea la cara común
que ahora nos sonríe
y después responderá a tus preguntas
(de manual sin interés,
de joven de taquilla,
de guía telefónica,
de hoja de farmacia)
y le tocará traficar tu inseguridad
ya sin máscaras y tal...


Y yo deberé recordarte
con la elegancia que trataré de aprender,
sólo para decir que ojalá,
ps... ojalá y te vaya bien...

lunes, 31 de mayo de 2010

Pastillitas Chilangas


Les cuento algunas pequeñas peliculitas que vi-viví en mi nueva ciudad natal.


La puerta indicada.

Una de las primeras que recuerdo en la ciudad. Llegábamos con Nati -supongo que por primera vez- a una estación de metro. Necesitábamos buscar una salida determinada, para llegar a algún lado que seguramente sería nuestro nuevo hogar por un tiempo (probablemente la casa del Choco o de la Pinche Amiga). Entonces le pregunto a un guardia o policía, “amigo, ¿cómo hago para salir a tal parte?”. Me dice, señalando para adelante “sales por esa puerta y vas…”. La verdad es que creo que no escuché cómo seguían las indicaciones, pues gigante y llamativo era el cartel que vi arriba de la puerta señalada. Entonces le digo “¿Por esa puerta que dice No Pase?”. “Sí, sí; sales por esa puerta, y vas…” ¡Pinche poli!



¡Mecánica o ni madres!

Otra vez en el metro, uno de los lugares que no dejan margen de duda a mi teoría de que la realidad es, lejos, mucho más interesante que el cine, voy caminando y buscando las escaleras para salir de la estación o combinar con otra línea. Seguramente serían como las nueve de la mañana o algo más de las cinco de la tarde, porque había bastante gente. Y entre el calor y el zumbido y la masa que camina sin pensar en la masificación tanto como se olvida de la individualidad, veo una interrupción en el ritmo normal. Más adelante, algo raro había en el camino habitual, que hacía que bastante gente se detuviera, diera unos pasos atrás y volviera a avanzar, por un camino lateral a medio metro a un lado.

Sigo avanzando y llego al lugar, que algo extraño tendría para cortar esa rutina mental casi zombie, grabada en la cabeza por las muchísimas veces que uno hace el mismo camino en el metro. Era la escalera mecánica, que estaba parada. La gente, entonces -interrumpiendo el guión diario que repetirá hasta el infinito-, se daba cuenta de que la escalera móvil no se movía, y dando una contundente prueba de por qué nos llamamos los “animales superiores” se detenía, retrocedía, y empezaba a caminar la escalera común, tan inmóvil como la otra…



Sí, que viva… 

Hace algo menos de un mes iba caminando por el Zócalo, es decir la plaza central de la ciudad. Creo que caminaba sin motivo ni dirección, sólo caminaba por ahí. Como no tenía la concentración puesta en nada en particular, miraba alrededor, escuchaba, olía (en México el aire huele bastante, generalmente a comida). En eso voy acercándome a una esquinita contra una reja (creo que de una iglesia) y me cruzo un personaje bien particular. No tenía tanto de único, ya que como muchos en muchos lados, iba vestido con estos abrigos negros largos y medio plastificados, con la cara pintada de blanco y los rasgos exagerados en negro. Creo que se denominaría dark o algo por el estilo. Digo, no era único en su especie ni mucho menos, excepto por un detalle que vi por primera vez en un personaje como éste, lo que me sorprendió de tal forma que me encontré, sin darme cuenta, hablándole y aun cuestionándole este detalle de su atuendo. Sin pensarlo realmente, como si hablara para mí, parado a un metro de él, le digo “¿¿Qué hacés con eso en el brazo man??”. ¿Qué?, me dice. “¿¡Qué mierda hacés con una esvástica en el brazo!?”

Como mi pregunta no era realmente para buscar respuesta -aunque me sentaría a escucharlo y discutirlo cuantos días seguidos hagan falta- simplemente seguí caminando lento como venía, con la cara seguramente bastante desfigurada por el asombro, el desagrado y la inverosimilitud de la cosa. El incalificable éste, gran ejemplar de la más ilimitada y profunda estupidez universal, me sigue, camina detrás de mí al menos por un minuto diciendo cosas como “¿Y qué? ¿Qué pedo? ¿Cuál es el problema?”, y aun, el muy descerebrado gritó “¡Viva H*tler! ¡Heil H*tler!”. Además de una verdadera perturbación y una sensación rarísima que no se me fue al menos en tres horas, me quedó una idea. Pedazo de ignorante plastificado, pintado y desorientado en la historia, si H*tler estuviera vivo como querés, vos, con esa cara indígena como la mía, esa nariz muy poco aria y ese pelo lacio y muy negro, estarías bien muerto.



Degéneros del Rock.

En los vagones del metro de México, hay siempre vendedores ambulantes que llegan con detodo entre las manos, para hacerse las monedas, como ocurre en muchas ciudades grandes. Desde enciclopedias, machetes (o acordeones) digitales para exámenes de ingreso, rompecabezas y figuritas, hasta la inmortal “suave goma de mascar sin azúcar, para refrescar boca y garganta…”. Pero creo que los que más abundan y se multiplican, son los que venden compilados de “emepetrés”. Hay de salsa, de cumbia, de boleros, de música instrumental, de rancheras, de música de banda, de pop y de todos los géneros que se te puedan ocurrir. Bah, de casi todos… porque en México hay cosas realmete novedosas como aquella que se anunciara una vez: “Salió a la venta, es el disco, disco compacto en formato emepetrés, con la historia del rock, que le contiene los mejores éxitos de toda la historia en los cuatro géneros del rock, como son Nacional, Internacional, Alternativo y Pop…”



Relaciones internacionales…

Estaba, como hacía algunas tardes sin mucho que hacer, en la plaza frente al depa que alquilamos en Roma Sur. Me senté como siempre, a ver qué pasaba, si me enganchaba en algún partidito de fútbol, hacía algunos abdominales, me decidía a correr, o sólo miraría estenuevo mundo frente a mis ojos afortunados. Ah, creo que al final me puse a hacer algunos movimientos de Capoeira. Sí, porque recuerdo que de la cancha, frente a donde estaba sentado, me corrí unos cuantos metros hasta un tacho de basura para tenerlo como medida y patear por arriba. Entonces desde ahí todavía veía la cancha, donde unos japoneses o chinos jugaban básquet. Eran tres y me acuerdo que los escuché hablar, y de plano que hablaban su lengua natal.

Yo sigo pateando y al rato veo que se les acercan dos nenitos (éstos tendrían unos diez años, y los orientales quizás casi treinta cada  uno). Entonces los nenitos les piden si pueden jugar con ellos. Y los ponjas ni entendieron ni mucho les interesó entender. Y los nenitos decían “si podemos jugar con ustedes”, yo los escuchaba desde unos metros, mientras pateaba solo. Los japos decían algo cómo “no entiendo” o “no entendemos”. Y vuelta los nenitos a decir que si podían jugar con ellos.

Me llamó muchísimo la atención la falta de instinto para traducir las intenciones a señas, de parte de estos cinco no-interlocutores. No tiene sentido que lo diga, y mucho menos que lo haya sentido, pero “me cansé” de que no se comunicaran, y entonces me acerqué, les pregunté a los japos si hablaban inglés, les dije que los nenitos querían jugar con ellos y todos entendieron y jugaron… más o menos felices y contentos. Porque arrancaron de nuevo los orientales con los mensajes imposibles, señalando que los equipos eran de un japo más un nenito, contra otro japo más otro nenito. Y los nenitos jugaban juntos. Y los japos decían que no, que era uno y uno por equipo. Y yo pensé, ¡no puede ser tan difícil! Pero ya esa vez no me metí y dejé que se desentendieran solos… Me parece que al final los japos cansaron y se fueron. Y se llevaron la pelota.



Niños…

En la misma placita, que se llama algo así como Asociación de Villa del Valle, llego caminando a la misma cancha una tarde y, muy al pasar, y con una espontaneidad absolutamente imposible en adulto que yo conozca, un nenito le pregunta a otro: “¿Por qué no quieres jugar? ¿Estás triste porque mi hermana tiene novio?”

Quizás tengamos los –más o menos- grandes muchas cosas por aprender, y algunas otras por no olvidar, ¿no?



Simplemente magia.

Esta escena, difícil de transmitir en palabras, es una de las más mágicas que he visto, según registra mi memoria. Un día con un poco de viento, íbamos paseando por alguna avenida. En una plaza sobre esta calle, había un puestito de estos que venden lo que algunos llamábamos de niños “algodón de azúcar” y otros llaman “nube de azúcar”, y que aquí llaman sólo algodón. El punto es que resulta que acá en México, por lo que vi ya un par de veces, los puestitos ambulantes en que se fabrican y venden estas maravillas, no tienen una contención contra el viento. Y razonablemente, cuando fabrican el dulce, éste, caliente, prefiere volar libremente a enroscarse en el palito que le corresponde.

Lo que me resultó bello, bello y mágico, es que, con el caramelo espumoso y volador flotando por ahí, un montón de gente, grandes y niños, correteaban aquí y allá por la plaza y la calle, con los dedos arriba, tratando de cazar sus pequeños bocaditos de azúcar caídos del cielo.