Semanas que se cuentan en silencios. Uno, dos, tres días, pensando,
respirando, a veces escribiendo. Dos tres páginas. Intentando adivinar
canciones y jugando a poder tocarlas. Jugando a poder.
Calle.
Oficina. Calle. Algunas clases, pocas. Los buses, una siesta en el
valle con el sol. Un par de noticias duras y algo terribles. Fin de año
con fiestas y sin fiestas. Algunas invitaciones que dejé pasar con una
satisfacción tan normal como absurda.
Almohadas, libros,
papel, cerveza. Silencio, discurrir entre reflexiones en nada
sistemáticas, mucho menos constantes y ambiciosas. Mediocre y cómoda
realidad al fin. Los viajes que fueron. El viaje que no fue. Anyway, la suerte. Y el tiempo, todavía hay tiempo. Siempre hay tiempo.
Quietud.
Muy pocas palabras. Algunas obligadas por lo necesario, andando por las
calles a veces encantadoras y vacías. Sólo por andar. Veinticinco, uno
de enero. ¿Fiestas? Haya paz.
Vos, yo, el Ecuador, el mar,
los hemisferios. Nuestras palabras que no van a ser hasta el año nuevo.
Miles de kilómetros de agua y tierra y buenos recuerdos.
A
ratos no entiendo cómo tu presencia abre mi silencio. Como mis ruidos
nos persiguen anormales, repetidos, interminables. Error: sería fatal
develar todos los misterios. Días de espera. Días, nada más que el
tiempo que pasa. Con visitas, con vueltas, algunas copas, a veces
conversar y reirme con/sin ganas. ¿Sin ganas? Bueno, sin verdad.
Cama,
novela. Manta, cuento. Cama, entrevista, cama, revista. El sillón, la
guitarra, las cuerdas, la tapa celeste del libro, el humo, los ojos
buenos de la serpiente...
Tantas cosas que hay. Hay tantas cosas. Y parece que sólo preciso dos...
2 comentarios:
Esto dice a gritas: Nati volvéeeeee shá!!! :D de verdad está súper lindo Pet..
Gracias pipipíl pil pil! Se lo copié a un señor famoso, je... Japukaupeisha! (la semana pasada una viajerita paraguaya me enseñó eso acá en Mex ja!)
Lavius containers!
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