martes, 31 de marzo de 2009

Chau (y Hola para siempre)


Amigos, hermanos, gente; gente linda, divinas personas que nos adoptaron y fueron nuestros padres, madres y -de nuevo y bien fuerte- hermanos.

Así nos vamos. Acá los dejamos.

Todo lo que podamos decir va quedar corto. Nos hemos reencontrado como seres humanos al lado de ustedes. Hemos aprendido muchísimo en este lugar que hemos descubierto y vivido con sus ayudas y compañías.

Gracias por hacer de nosotros nuevas personas. Por compartir las buenas, y por aguantarnos y sacudirnos en las malas. Perdón, perdón y perdón por lo que debimos y aun debemos. Ustedes nos dieron un lugar en su ciudad, algunos también en sus vidas. Se lo retribuiremos, discretamente, con una buena parte de nuestros corazones para recordarlos.

Qué maravilla es la memoria, que nos permite llevarlos con nosotros... Recuerdos de palabras, risas, ideas, gestos, canciones, ayudas, enseñanzas, momentos, nderakores (también puteadas y peleas, claro) son el tesoro que llevaremos con nosotros.
Dirá el futuro si somos dignos portadores de cosas tan buenas y si las volveremos a compartir debidamente con otras personas, donde sea que estemos.

Humanos, personas auténticas. Seres espontáneos y cálidos. Esas son las cosas que vienen siempre a la cabeza cuando nos preguntan (o repasamos) ¿cómo son los paraguayos? Gracias por contagiarnos, porque es fácil darse cuenta de que la argentinidad necesita diluirse un poco en la esencia más limpia y despojada del ser humano.

Personalmente, agradezco enormemente que me hicieran reír como nunca en mi vida (no es una forma de decir, esto es literal). Y también nos inspiraron mucho, en las buenas y también en las malas.

Entre la falta de palabras para expresar lo que fueron y significan -y la tentación de empezar a poner nombres- volvemos a quedarnos sin mucho que decir.
Recibimos mucho, aprendimos mucho; recordaremos y extrañaremos igualmente.

Si la suerte nos acompaña, vamos a caminar buena parte del continente buscando un nuevo hogar. Y, además de nuestros afectos argentinos, ¿saben a quiénes vamos a llevar en nuestras mochilas? Y son unos cuantos, eh...

Los queremos, los apreciamos como personas y les debemos mucho de lo mejor de estos años de nuestras vidas.

Gracias. Gracias amigos del Paraguay. Dos abrazos enormes y muchísimas gracias.

Hasta que nos volvamos a ver...



Nati y Rulo.

martes, 24 de marzo de 2009

Linda


Linda como las frutas,
jugosa, fresca y entera.
Y las tardes de sol y río
en la cuna de la bandera.

Previsible o asombrosa,
linda con y sin sorpresa.
Linda como los viajes
que hacemos en sobremesa.

Linda en tus partes blandas
y en lo firme de tus huesos,
y en los rosas alunados
en la puerta de tus besos.

Linda y nueva como el alba,
o el final feliz de ocaso.
Linda en el gélido julio,
y el marrón de estreno en marzo.

Como las canciones y el eco
de las cosquillas y la risa.
Linda dentro de tu pecho
y en tu mano que acaricia.

Linda en la contradicción
linda con o sin razón.
Linda estás en mi ojos,
más linda en mi corazón.

martes, 17 de marzo de 2009

A batida da Diosa

 
Eu me fui numa bailanta
na cidade Lambaré
pra mostrar a Capoeira,
pra jogar e a gente ver.

Mas a história ficou louca
-¡a surpresa que levei!-
acabei meio zarolho,
vou contar que aconteceu.

Nós chegamos na cidade
com a Nati, ¿conheceu?
e esperamos a Cristina
ao Aceite e outros que

estariam nessa noite
pra jogar, fazer axé
naquela disco, A Diosa
na cidade Lambaré.

E chegaram com o Marcos,
um neguinho mbareté;
me falou da Capoeira
e mostrá-la na tevê.

Depois fomos para a Diosa;
-depois de falar, fazer
musiquinhas e piadas-
fomos os cinco a pé.

E chegamos, conhecemos
e sentamos a beber,
enquanto o pessoal olhava
estes caras sem saber

que eles eram capoeiras
que voaram e até
que no ar, também na terra,
fazem luta e axé.

Depois dumas garrafinhas
apresentamos -além
do Aceite, Marcos, Xisti
e eu mesmo – Oi, prazer-

um carinha Giovanni
(completados dezesseis)
que pratica a Capoeira
do Aceite e do Dendê.

Começamos lá a roda
batendo palmas e pés,
com armadas, meia luas
macaquinhos, tem que ver...

Eu joguei com a Cristina
com Aceite e também
com Giovanni, o carinha
que me iba surprender.

Acabando nossa hora
de jogar e a gente ver
convidou um jornalista
a mostrar-nos na tevê.

E Ligaram camarinha,
e microfone também,
e voltamos pela ginga
pelas palmas e o bater.

E ali foi que o Giovanni
na sua hora de mexer
ele quis entrar na roda
e levou para o ar o pé

¡e bateu na minha cara!
De surpresa, sem querer
me deixou cego dum olho,
e até sangue fez correr.

Hoje lembro da mandinga
de saltar e de bater
mas não esqueço que na roda
o primeiro sempre é ver...

viernes, 13 de marzo de 2009

Petit Prostipoems

Dos cositos que nacieron como textos publicitarios...



Sueños
Cuando crecés llegas más alto.
Más alto y ves más lejos.
Cuanto más ves y más querés,
más te piden tus sueños.
Cuando a tus sueños más les das
más dejan de ser sueños
y más se hacen realidad
y así te piden más tiempo
para poderlos disfrutar,
para soñarlos en serio.
Porque no dejás que se duerman
cuando los soñás bien despierto...


Filho de Homem
Sólo con el trabajo, el hombre
más linda escribe la historia,
y aquél que tenga memoria
es fijo que no se asombre.
Desde su oficio al hijo que nombre
cada meta y fruto es milagro;
hacen mañana la ciudad y el agro
porque el futuro es hijo,
es hijo de hombre…

lunes, 2 de marzo de 2009

16.2


Que solo nublo mi cielo
que me caigo en cada vereda
que una lluvia me parte al medio
que las cuatro esquinas se cierran.
Que me seca una sombra de flema
que me desgrano de dolor
que hay una gota y que no sale
que vuelvo a rumiar lo amargo que fue
que me desnude la somnolencia que me dejó una noche en vela.
Que dejo de ser la risa
que se me congelan las ideas
que me sangran las fuerzas
que se me descascara la piel
que se me aburren las ganas.
Que las metas se desvanecen
que se emperran en volverme las viejas costumbres.
Que el pasado no valió
que vuelvo a tocar el látigo y el silicio.

Que el uno bueno fue volver a tocar las letras,
que hoy no me divirtió vivir...

Y que nunca –y esta vez tampoco me va a durar más de tres días.
Eso me pasa las veces que me pierdo
y dejo de sentir lo rica que es la vida.