martes, 28 de agosto de 2007

La Gasistoria


Amigos del blog de Rulo, a los que todavía no la conocen les presento la Gasistoria, un relato verídico protagonizado por quien les tipea. Lo que les muestro es un extracto de un chat con mi amigo Edu Roldán, quien ofició de Antonio Carrizo junto a este Contra-Buenascostumbres ...

(...)
eduS dice: dale tirame

Rulo dice:
bueh. rosario, año 2003/2004. temporada de invierno. frío, soledad, humedad, galletita variedad. camino desde la casa de mi abuela, zona oeste, barrio godoy. hacia la universidad, avenida pellegrini, world trade center rosarigazino. desde el old west de las zanjas abiertas y los perros de tres patas. hacia la cheta universidad con un parripollo al flanco este... este cuerpito, este redactor que les habla. habitaba la unidad 37 de la línea 123, línea de transporte urbano público que conecta la bienamada zona oeste con el centro y otros lados que no sé... porque siempre me bajaba cerca de la facu. bueh, este cuerpito decía. compartía la unidad con otros tantos ocasionales compañeros de viaje. desconocidos, anónimos a mis ojos. pero unidos contra el frío, contra el implacable pasamanos metálico. que friamente hería los huesos. y atacabala piel... y este, nuestro protagonista, en esas andaba... (eduS dice: zzzzz zzzzz zzz). parado, rodeado de sus bienapreciados congéneres. hasta que suelta un denso, calentito y maloliente gas. (eduS dice: y?). muy muy malo, hiriente. y caliente. y bueno, el destino quiso que un momento que pudo ser trágico. de agitación social y protesta colectiva. se convirtiera en un día inolvidable. consagratorio. que marcara para siempre el destino de este redactor ventilador. porque, se alinearon los astros. guiando la sapiencia y el habla de una de las ocasionales compañeras de transporte. quien, con gesto oscuro, ceño fruncido y voz tomada por el frío, dijera... en voz alta y ciertamente quejosa, abierta a la colectividad del colectivo. "mierda que se cagan lindo, eh". y fui feliz, muy feliz. fin. (llanto). lloro. (eduS dice: jajajajajaa)

Epílogo 1.
ese soy yo. y es mi corazon abierto. el que te habló. (eduS dice: fantastico.. fabuloso... extraordinario!). y es el orgullo de mi vida el que te ha contado. clap-clapeá tranquilo.(eduS dice: es lo mas sensible de tu persona no?). totalmente, es el alimento diario de mi ego. ese día empecé a ser un completo fanfarrón. descarado y soberbio, sabiondo de mis dotes y potencialidades. (eduS dice: eso si es el lado oscuro del alma) y lo digo sin un mínimo dejo de falsa o real modestia.

Epílogo 2.
eduS dice: es algo épico... romántico si se quiere
Rulo dice: y pédico
eduS dice: además...

miércoles, 22 de agosto de 2007

Paranori

(divague de un divague en http://www.noravega.blogspot.com/)


Y que viva sí el momento:
¡arriba la inspiración!
Haz de garabatos canción.
De los quedos, siempre intentos.
Y a estos años, atentos.
Si a la creatividad va la intención,
cada bostezo será canción.
Cada guión será Memento.

Sí al arte y la pintura:
pincelá ese algo increíble.
Nada sea ya reducible,
ni desecho ni basura.
Si increíble es cordura
y opciones son elección,
al camino darle acción
y a encuadrarle la moldura.

Y las formas de tomar algo
que a otras formas hagan cambiar:
la esencia no ha de variar
aunque Lassie se haga galgo.

martes, 14 de agosto de 2007

El paciente está clínicamente apto…


Primero me comí las uñas. Las diez. Dos hasta sangrar. Después la carnecita que sobresale junto al vacío de la uña recién cortada. Después los padrastros, de donde sangraron unas cuantas gotas más. Me mordí los labios, me arranqué las cejas, me apreté todos los puntos posibles en cara y cuello, y me rasqué la barba hasta el aburrimiento.

Y el tipo salió al pasillo y, con un ritmo insoportablemente parsimonioso para mi ansiedad, arrimó la puerta, se frotó las manos, suspiró mascando chicle con mucha cara de médico y dijo:

- El paciente está clínicamente apto…

Ni siquiera puedo decir que no lo creí. Ante tanta ansiedad estampada de plano frente a semejante lavada de manos, simplemente no lo entendí:

- ¿Qué?

Con una serenidad imposible de contagiar, entró en detalles. Sin abandonar el tono clínico, explicó:

- No hay síntomas importantes, los valores son normales… Nada de qué preocuparse. Puede llevárselo a casa, todo está bien…

Y eso es lo que vuelve a enfermar cuando uno más enfermo se siente. Esa incomprensión, esa ceguera, esa insensibilidad del tipo que no ve más allá de la carne. El rigor concreto del estetoscopio. La oculta presión que el tensiómetro no ve.

Sin poder levantar la mirada clavada en el piso, esquivé la dura cientificidad del médico y crucé el umbral, que aun conservaba el frío que él mismo le había impregnado al atravesarlo antes.

Mi compañero seguía en la camilla con el mismo gesto y semblante con el que llegamos. Claro, no había motivo para aliviarlo. No había diagnóstico que lo fuera a convencer a él, que ya no escuchaba nada. “No hay síntomas…”

Vencido, lo levanté de la camilla. Me lo puse en el pecho. Conecté las venas. Cerré la herida. Y me fui a casa.

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viernes, 3 de agosto de 2007

PARHAWAII. The lateral paradise.


Hola chicos! Vuelvo por un post a mi formato con unas líneas de introducción.
A los que me leen desde afuera (y a los que están en Paraguay pero son colgados) les cuento algunas cosas de Paraguay. Algunas cosas bastante particulares…
Si alguno tiene alguna más, que la haga comment. Saben loo!


Cosas bizarras que sólo puedieron pasarme acá.

1. Ver una muestra de arte en la que hay una previa donde el artista explica cómo es la obra y qué quiso decir con ella, además de dar unas indicaciones para observarla correctamente.

2. Que un vendedor ambulante y maricota me acose y me acaricie las manos (después de tocarme las bolas, vale la aclaración).

3. Que en una peña futbolera, otro balazo lidere los cantitos de la hinchada, acompañando sus cantos con pasitos de baile cachaquero.

4. Ver árboles en el medio de la calle (no en la vereda: en la calle, así como suena). Algunos incluso tienen canteros.

5. Que un brasuca que no-habla-español (de español fluido ni hablar) sea… locutor de radio!

6. Esta es buenísima, por eso queda para el final. No es tan exclusivamente paraguaya pero me pasó acá: encontrar un pelo en una ensalada. Es peor aún: el pelo era de unos tres centímetros de largo, tamaño en el que se llegaban a apreciar la raíz y la punta. Es peor todavía: la cocinera era mujer, por lo que el pelo no era de barba ni axila.**


Estas cosas me vi acá. En un lugar casi irreal de tan loco...
Japiro Ibiza mba´e pio pea la Vegaskuéra terehona emano mba´e primer mundope…


** Me felicito por haber evadido satisfactoriamente en en punto 6 el uso del vocablo “concha”.

miércoles, 1 de agosto de 2007

The Doooooooooors


Suspiré por última vez y cerré los ojos. Las placas de acero se deslizaron impecables y pasivas frente a mí, separándose y dándome paso. Un amplio y profundo pasillo se apareció ante mi vista, muy iluminado y con el piso reluciente. Doy un paso adelante y sólo empiezo a ver puertas. Puertas, puertas, puertas. Miles de puertas. Pasillos, esquinas, recodos y más puertas.

La iluminación perfecta e imponente. Muchas ventanas por las que entraba otro tanto de luz muy blanca. Conductos de aire que mantenían una atmósfera fresca. Todo tenía un tinte ideal, un color claro de pasividad y calma. Excepto las puertas.

Me perdían. Me sorprendían en cada giro. Me apuraban. Me llevaban a nada. Puerta, pasillo, puerta. Sonidos de puertas. Carteles indiciadores de puertas. Puertas y más puertas.

¿Señor, sabe dónde q--? Disculpe, señorit--. Nadie sabía. Nadie miraba. Nadie nada, todos seguían.

Y seguí para adelante, pasando puertas mientras algo me hacía ruido en las tripas. El tiempo pasaba entre un tic tac de picaportes y bisagras. Atravesando umbrales que no terminaban de quedar atrás por todos los que les continuaban hacia adelante.

Después del enésimo respiro, volví a atravesar un nuevo tramo de este camino disperso. Me rendí. Paré.

Cabizbajo, crucé los brazos sobre la panza y me dije: “Ya fue, este shopping es un quilombo. Me voy a cagar a casa”.

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