Hoy gambeteo entre letras
por un sentimiento que es fuerte.
Y decime vos si no
tenés mucho que agradecerle
a quien yo le escribo hoy,
al mago del verde césped.
Guerrero de galera y bastón:
mi amigo Juan Román Riquelme.
..
Por la magia de tus pies
he visto mi rostro alegre.
Sonreí en el ´98,
también el último miércoles.
Y lo hicieron mis amigos,
Nestor, Pale, el Pato y Fede.
Y hasta en ese mundo de amigos
te metiste pa´ tallar
mil recuerdos que me envuelven:
tengo fresca en la memoria
una imagen en Formosa
cuando, gracias a Riquelme,
festejamos abrazados
volver a tener la Copa
que fue esquiva pero en La Boca
ayer, hoy y mañana duerme.
Y con toques de esa magia
pa´ jugar con la redonda
me mataste tantas veces,
que has marcado mi historia
y eso quiero agradecerte.
..
..
Varias veces lo escuché:
te insultaron con “Freezelme”.
Ojalá pudieran ellos,
-que con agravios desmerecen
tu pasión por la pelota,
tu talento y tu despliegue-
hacer un pase de magia
de los que sólo hace Riquelme...
Y aunque ellos, insistentes,
griten a los cuatro vientos
que sos frío e indiferente,
y te endosen su amargura
bautizándote “Tristelme”,
yo sólo te digo gracias
por llenar de amor y fútbol
los colores del Xeneize.
Colores que inflan mi pecho,
que me llenan la garganta
y tienen bien alta mi frente.
Y si arrugás la frente vos
y la boca se te tuerce
aunque luzcas afligido
-con la cara del “Tristelme”-
me alegro porque lo sé:
lo estás pariendo y se viene
uno de esos tiros libres
nacidos pa´ estremecerme.
..
Es tan mágico ese pie...
No sólo pinta sonrisas
mientras te veo por tele.
También me dio a conocer
un milagro sorprendente:
engendraste algo en común
entre mí y el Presidente.
El también hincha por Boca
y se alegra con Riquelme.
Y como si eso fuera poco
jugaste por defenderme.
No a Cristian Ochoteco,
no a mí personalmente.
Luchaste por los colores
de mi amada camiseta,
que en glorioso azul y oro
nuestros corazones envuelve.
..
Ojalá juguemos juntos
amigo Román Riquelme.
Ojalá vengas a casa
y alguna pisada me enseñes.
Y si ahora no podés
por jugar domingo y miércoles,
yo te espero, vení en enero
que mientras preparo el tere.
..
Me alegraste, emocionaste,
me hacés sobrar y envilecerme.
Pelear a las gallinas
y gozar a Independiente.
Y, aunque yo no sé llorar,
un llanto quizá aparece
después de comerte la cancha
en una final de julepes.
Por esto te escribí hoy
mi estimado J.R,
y por más que busque frases
pa´ poder agradecerte,
no me alcanzan un millón.
Las letras se desvanecen...
..
Sólo queda despedirme,
te veo mañana o el miércoles.
Gracias y abrazo de gol
querido Juan Román Riquelme.