sábado, 26 de julio de 2008

Mother in veins.


Este es un regalo que le hice a mi vieja por sus 57 años...


Madre en las Venas


Madre de pecho...
Del amor que se hizo leche y la leche que se hace vida.
Del futuro. De seres que están haciendo su futuro hoy.

Madre de pie...
En el socorro. En la llegada. En la espera y el camino.
Y en el andar del camino sobre el que otras vidas van...

Madre de ojos abiertos...
Que mira su propio futuro sin alejar la vista
de sus otros tres senderos; sus otras rutas de vida...

Madre de la conciencia...
Que ayuda a pisar la tierra cada vez que otra conciencia vuela...

De la constancia, de la fuerza y de la perseverancia en la aflicción.
De la espera en la ansiedad y la contención en el miedo.
Del amor, de la fe y del perdón.

De todo lo que da hoy.
De las vidas que dio. Y de lo que entregó a esas vidas.

De lo que ha salido de su pecho. Porque eso sólo de ahí sale...

miércoles, 16 de julio de 2008

¿Lo qué?


Yo te pregunto cómo es.
Vos no me decís cómo
porque no te gusta que yo te pregunte cómo es.
Yo no puedo saber cómo es lo que vos querés.
Vos no podés darme lo que necesito
y yo no puedo devolverte lo que esperás.
Porque yo no sé cómo es...
Y cuando yo mismo me pregunto cómo es,
¿para qué voy a responderme?
Si no importa cómo es para mí, sino cómo es para vos...
Y como no tenemos ni damos lo que el otro quiere,
volvemos al principio.
Y entonces yo...

viernes, 11 de julio de 2008

Hoy.


Hoy vuelvo a buscarme.

Y encuentro mi inconsciencia
escondida en una falda que cae desde una cintura que conozco.

Encuentro mi energía.
Entra a mí desde una sonrisa que ilumina amaneceres.

Encuentro mi risa.
Cuando me escapa para ir a vivir en un par de oídos que veo bien...

Encuentro mi camino.
El que tantas veces vuelvo a perder y encontrar
en un par de manos que cocinan las caricias más ricas.

Te encuentro y encuentro el futuro.
En un vientre blanco de una tierna gracia.
Sellado por la marca de la vida.

La vida que viene. Que es tuya y mía.

La que, algún día, nos va a dar más vida para vivir.

martes, 8 de julio de 2008

La boludez lingüística.


Confiado, Crédulo, Generoso, Dedicado.
Pasivo, Impaciente, Paciente, Soñador, Iluso.

Errático, Incoherente, Inconsistente, Descuidado.

Empeñoso, Aplicado, Expectante, Atolondrado.

Tonto, Lelo, Opa, Apático, Inepto, Grotesco.

Impetuoso, Caprichoso, Obtuso, Disciplinado, Ambicioso, Vicioso.

Agudo, Sarcástico, Irónico, Ácido, Sanguíneo.

Cerrado, Abierto, Ignorante, Proactivo, Desorientado.

Comprometido, Vulnerable, Nervioso, Humilde, Materialista.

Idealista, Inadaptado, Inmaduro, Inseguro, Visceral, Terco.

Influenciable, Melancólico, Detallista, Problemático, Clásico.

Superficial, Profundo, Efímero, Dramático, Vanguardista.

Naif, Histriónico, Revolucionario, Narcisista, Hedonista, Inocente.

Burdo, Chabacano, Básico, Vacío, Ético, Estético, Pragmático.

Dogmático, Reprimido, Reflexivo, Compulsivo, Obsesivo.

Solidario, Solitario, Culto, Caritativo, Responsable.

Vago, Ansioso, Depresivo, Víctima, Entregado,
Apasionado.
Abnegado, Trabadajor, Desubicado, Indiscreto, Atolondrado.

Paciente, Cómodo, Inexperto, Permisivo, Enamorado.

Íntegro, Letrado, Decoroso, Perezoso, Analfabeto.
Tarado.
Impaciente, Romántico, Infantil, Inconstante, Descontrolado.
Amigo, Colega, Sensible, Transparente, Atrevido, Permeable.

Joven, Sincero, Espontáneo, Intuitivo, Gracioso.

Manso, Tranquilo, Ermitaño, Consumista, Masoquista, Sensato.

Desbocado, Lenguaraz, Charlatán, Intelectual, Maniático.

Promiscuo, Intermitente, Estrambótico, Excéntrico, Agnóstico.

Religioso, Conservador, Feligrés, Creyente, Malo, Impráctico.

Atento, Reiterativo, Insípido, Anodino, Cansino, Platónico.

Poético, Susceptible, Pobre, Ególatra, Histérico, Fanático.

Amable, Canchero, Dadivoso, Participativo, Dubitativo.

Acomplejado, Alocado, Desinformado, Desactualizado.

Necio, Ausente, Perdedor, Ineficaz, Inhibido. Compañero
.
Idólatra, Auténtico, Estético, Tenaz, Perseverante, Cauto.

En una hora, encontré 177. Y debe haber muchas otras palabras que dejamos de usar cada vez que decimos “boludo”...

Parábola




El paisaje es un desierto.

Un desierto benévolo, cálido y apacible.

La brisa calma invita a la danza de tu pelo.

Vuela, me rodea, me cubre y me cuida.

Pero nunca me cuenta los secretos de tu corazón.

Y después vuelve deslizándose, acariciando la blancura del suelo.

Se eleva hacia adonde estás vos y yo te miro.

La luna se descubre detrás de tu hombro.

El cielo es infinito y oscuro, y las estrellas se agolpan para adornarte.

Y vos dirigís la orquesta.

Una gran puesta en escena espera los gestos de tus manos.

Con un ademán das comienzo al primer acto.

Todos los astros del cielo van detrás de la parábola de tus ojos.

El ambiente es imponente, magnífico.

Pero nada cambia tu sosiego y el gesto pasivo de tu cara.



Y yo estoy acá abajo.
Y te miro y observo el gran espectáculo.
Y pienso en qué más podría querer que esto...
Si tener al suelo para que me sostenga
y al aire para que me mantenga vivo
me resulta suficiente para ansiar por siempre
alcanzarte y entonces comer el pan de tu cuerpo
y beber la ternura de tus ojos.



viernes, 4 de julio de 2008

Ventanas


Me gustan las ventanas, porque siempre tienen algo para mostrar.

Aunque ese algo cambie en poco (o no cambie nunca), la ventana siempre se abre para ver y dejar ver.

Desde la ventana de mi depto veo el río que recorta la ciudad a pocas cuadras. Me gusta el dibujo del agua. A veces veo millones de escamas, otras veces son como pinceladas de pastel.
Y esa imagen siempre nueva e inmensa entra a mi casa recortada por la celosía de la ventana.

En la oficina hay una ventana por donde veo el cielo, atravesado por una docena de rejas muy altas.

También me gusta mirar el interior de las casa a través de sus ventanas. ¿Cuántos millones de historias que la televisión no cuenta podrían verse a través de esas ventanas llenas de verdad?

Hay muchas cosas que ver en las ventanas. Hay mucho para observar, con la paciencia y la quietud de una ventana. Y todo eso que hay, no está en una ventana como ésta.

Dale, apagá la máquina…